CARPE DIEM



Dentro de veinte años, lamentarás más las cosas que no hiciste, que las que sí hiciste. Así que, suelta amarras y abandona el puerto seguro. Atrapa los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.


lunes, mayo 29, 2017

De golondrinas, sillas que se mueven y otras tonterías

Ocurrió hace un par de días, o tres. No sé, el schok fué tan fuerte que me ha hecho perder la noción del tiempo. Mis hijos me llamaron a gritos desde el sótano de mi casa. Tiré el palo de la fregona y bajé corriendo, mientras me preguntaba qué habría ocurrido. Al llegar a mitad de la escalera que cose el sótano al patio, vi a mis dos hijos extasiados mirando el nido que hace tiempo hizo allí una pareja de sin papeles con alas. Cuatro cabecitas peladas, pero con plumas, asomaban boquiabiertas demandando comida.





¡Qué susto me habéis dado...!, les dije mientras disfrutaba observando a las recién nacidas golondrinas, sin imaginarme que el susto de verdad me aguardaba arriba. Subí las escaleras de vuelta al patio cuando, al llegar al primer escalón, el miedo se apoderó de mi. Las sillas estaban encima de la mesa, tal como la véis en la foto. La noche anterior estuve viendo por enésima vez "POLSTERGEIT", y aún resonaba en mi cabeza la voz de la dulce Caroline avisando: "...ya están aquíiii..." Mi memoria me llevó de la mano a la escena de Polstergeit, en que las sillas se encaramaban solas a la mesa. La hostia...¿quién había subido las sillas de mi patio a la mesa? Las golondrinas no. El Cola-Cao que me había tomado hacía un rato empezó a querer salir rápido de mi cuerpo. Entretanto, me deslicé pegado a la pared como una salamanquesa buscando la salida del patio, hasta que en un punto de la cobarde huída, se me vino a la cabeza que minutos antes de bajar yo al sótano, mientras le pasaba la fregona al suelo del patio, fui yo mismo el que había subido las sillas encima de la mesa para poder limpiar bien alrededor de la misma ¡Rehostia...la leche que me dieron..., qué colgaera...!, pero para entonces mi corazón ya asomaba por mi boca...tila vecina, dame una tila...

Conclusión: en mis vidas anteriores no fuí, con toda seguridad, ni médico forense, ni alimentador de tiburones, ni taxidermista, ni herpetólogo...¡qué poco espíritu, coño...y que poca  memoria, menos que Doris el pececillo de los dibujos animados! 

-

1 comentario:

Margarita HP dijo...

La tila ya está preparada vecino, eso sí, si tienes un fenómeno de ésos que no sé ni como se escriben, te lo quedas tú ¿eh? que yo tampoco soy de valor abundante. Y en cuánto a las golondrinas, uf, miraré el mismo punto de mi casa, porque verlas entrar y salir del sótano, las veo, ja ja. Besos :D

quizas te interese

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...